domingo, 25 de noviembre de 2012

Asamblea de Risaralda hace reconocimiento a las mujeres

La Asamblea de Risaralda rindió homenaje a la mujer risaraldense. 
  La Asamblea de Risaralda, entregó reconocimiento a tres mujeres que han sido líderes en la lucha para erradicar toda forma de violencia contra la mujer en Risaralda.
En el marco de la conmemoración del Día Contra la Violencia a las Mujeres, fueron reconocidas por su labor Rosalba Salazar, de la Red Nacional de Mujeres - Nodo Risaralda; Sonia Pachón, de la Casa de la Mujer Stella Brand y la ex Diputada  Martha Cecilia Alzate.

Rosalba Salazar Uribe
 Rosalba Salazar Uribe,  filósofa, docente, activista por los derechos de las mujeres, durante toda su vida; cofundadora de la Casa de la Mujer con Stella Brand. Después de la muerte de Stella Brand durante 10 años Rosalba sostuvo con su propio pecunio la Casa de la Mujer.

Ha sido miembra del Consejo territorial de planeación departamental  como representante de las Mujeres; ha estado vinculada a la Corporación Contigo Mujer y los últimos años ha sido la Coordinadora de la Red Nacional de Mujeres - Nodo Risaralda.
Sonia Pachón

Martha Cecilia Alzate
 
 


 

martes, 20 de noviembre de 2012

Estado colombiano pidió perdón internacional a Alba Rodríguez

Esta campesina del Oriente de Antioquia luchó 16 años por demostrarle su inocencia a la sociedad.

Alba Lucía Rodríguez sigue con el 'taco' en su garganta, el que nunca la ha dejado hablar en público. Ayer, cuando el Estado colombiano le pidió perdón por las injusticias que cometió contra ella, no fue capaz de hablar.
Tampoco lo hizo Azucena, que inmediatamente ensayaba las palabras escritas por su hermana, se ahogaba en llanto.
La lucha por más de 10 años para que le reconocieran la inocencia a esta mujer que pagó injustamente seis años de cárcel, estuvo llena de obstáculos: campesinos pobres, con primaria básica y con el estigma de infanticidas en su pueblo, Abejorral, los hicieron pensar que Alba pagaría los 42 años y cinco meses de cárcel a los que fue condenada por el asesinato de su recién nacida -fruto de una violación- que, según se comprobó después, nació muerta.
Para Rocío Pineda, secretaria de Equidad de Género de la Gobernación de Antioquia, esta es la primera vez en la historia del Estado en el que hay un acto de reparación por el fenómeno de violencia de género: esos crímenes que, según ella, se ocultan, no se denuncian y hacen parte de las agresiones tradicionales en contra de la mujer.
Una lucha con ayuda social
En la inocencia de Alba, en un principio, no creía ni su propia mamá.
Fue por la labor de la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos que el caso llegó hasta la Corte Suprema de Justicia.
De hecho, según Diego León Osorio su esposo, de no haber sido por la Red ella aún estaría en la prisión y en el anonimato: "No teníamos la plata para poder pagar un abogado", reconoció.
En la Corte los magistrados encontraron que jueces, fiscales y el mismo médico que le hizo la necropsia a la bebé habían cometido errores, llevándola a la injusta condena.
Por estas equivocaciones fue que ayer la Ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, pidió perdón internacional en el caso de Alba. 
"El Estado lamenta profundamente y condena con firmeza las irregularidades que se presentaron durante el proceso judicial que se llevó en su contra, con posterioridad a los lamentables hechos ocurridos el 4 de abril de 1996", precisó la Ministra.
Una de las responsables de este triunfo para el movimiento de mujeres del país fue Judith Botero, miembro de la Red. Según esta antropóloga casos como el de Alba hay miles en el país.
"No sabemos cómo vaya a tomar el país este hecho histórico, la cultura es de lo más difícil de cambiar.Esperamos que la indemnicen porque ella y su familia están en un estado de pauperización", exigió.
En camino de una nueva vida
Cuadros con figuras de Garfield y de delfines hechos de chaquiras pequeñas, láminas de aluminio repujadas con ayuda de clavos afilados, paisajes bucólicos y hasta bordados, hacen parte de los pocos recuerdos que le quedan a Alba de los seis años en prisión.
Su pena, la más alta que hasta ese entonces habían dictado los jueces en Colombia, era incluso superior a la que recibió Luis Alfredo Garavito, quien fue condenado a 40 años de prisión por abusar y asesinar a 168 menores.
"Logramos este triunfo por la fuerza de las convicciones. Aún la
recuerdo el primer día que la vi: cabizbaja, derrotada y
monosilábica. Desde esa época ella pintaba muy bonito y escribía muy bien", recordó la abogada Ximena Castillo, quien se ha encargado de llevar su caso en estrados nacionales e
internacionales.
De hecho, aunque el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue proferido en el 2011 y exigía la reparación integral tanto de ella como de su familia -lo que incluía la consecución de una manera de subsistencia para Alba- solo desde hace dos meses tiene un trabajo en la Escuela Normal del municipio, como una de las encargadas del aseo. 
"Yo sí espero que llegue pronto la indemnización económica, sobre todo por mis papás que son los que están más pobres. Estaban pensando en vender la finquita e irse para Medellín, pero es que les dan muy poquito por ella", confesó Alba, que comenzó a hablar con más tranquilidad cuando acabó el tumulto y el bullicio del acto en su honor. 
A Alba aún le queda mucho de lo callada que ha sido desde niña. Sin embargo, la prisión y sus años de luchar por su inocencia la enseñaron a expresarse y le devolvieron la sonrisa, que fue la última imagen que les dejó a quienes, desde Medellín, fueron a acompañarla en el perdón que el Estado le pidió a esta campesina juzgada injustamente.
Carlos Mario Cano R
Enviado especial EL TIEMPO
Redacción Medellín  

“El Vaticano ha dañado más a la mujer que el narco”


La activista mexicana promovió la tipificación del delito de feminicidio.

 Esta catedrática de Antropología en la Universidad Nacional Autónoma de México nos cita una mañana otoñal en Pamplona, en un alto en su camino a Logroño, donde impartirá por la tarde una conferencia en la Universidad de La Rioja. Elige el café Iruña, el establecimiento más emblemático de Pamplona y el primero que tuvo luz eléctrica en esta ciudad; resulta el contexto ideal para encontrarnos con una precursora que ha iluminado la causa de los derechos de las mujeres en Latinoamérica. Académica, política y activista del feminismo, se define como “una persona normal y corriente”. En la distancia corta de un desayuno, su aspecto entrañable y su carácter sosegado revelan una mirada intensa y el discurso vigoroso con el que lleva afrontando su lucha quijotesca en un México plagado de molinos de machismo y patriarcalismo desde que militara como mexicomunista allá por 1968, “cuando se pusieron las bases del feminismo contemporáneo”.

Marcela Lagarde (Ciudad de México, 1948) preside en la actualidad la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres. Entre 2003 y 2006 fue diputada independiente por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Congreso Federal de México. Durante aquella legislatura, impulsó la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, fundamental porque considera todos los tipos de violencia de género; y promovió la tipificación del delito de feminicidio a raíz de los asesinatos en Ciudad Juárez . “Este caso se volvió muy mediático y hubo una enorme solidaridad que nos permitió llevarlo al Parlamento. Por primera vez en la historia de nuestro país, conseguí un presupuesto especial para investigar y descubrí lo que suponía como hipótesis: que esa violencia no solo sucedía en aquella ciudad; solo en el Estado de Chihuahua descubrimos al menos 10 focos rojos más importantes que Juárez. Lo excepcional de Juárez fueron las denuncias de lo que pasaba y la exigencia de justicia”. Marcela también participó como perito en el caso Campo Algodonero, en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos juzgó varios asesinatos en Ciudad Juárez. Aunque con un carácter simbólico, aquella sentencia sentó “un precedente importantísimo porque declaró culpable al Estado mexicano por no haber garantizado el derecho de esas mujeres a una vida libre de violencia”.
Marcela visita España en un momento en el que la guerra del narco ha desplazado a la violencia de género de la actualidad informativa en México. “El presidente Calderón organizó una guerra contra el crimen de forma antidemocrática y anticonstitucional, utilizando al Ejército como si fuera la policía. Espero que algún día sea enjuiciado por la historia en mi país, y también por los tribunales, por toda la muerte que ha ocasionado”.
Sin embargo, Marcela denuncia un tercer tipo de violencia, de motivación religiosa, como la más peligrosa para la población femenina: “La política del Vaticano ha causado en mi país más daño a las mujeres que el narco. La cruzada de la Iglesia católica en los siglos XX y XXI es su política global contra los derechos humanos de las mujeres en España y Latinoamérica, eliminando el derecho al aborto que hemos ido construyendo a pedacitos en los últimos 50 años”.

martes, 13 de noviembre de 2012

Lo contrario de la muerte

Por: Héctor Abad Faciolince
 Héctor Abad Faciolince

ASÍ COMO NO SE PUEDE OBLIGAR A ninguna mujer a abortar, tampoco se puede obligar a ninguna mujer a tener un embarazo y un niño que no quiere.

Fue un gran avance social y humanitario que la Corte Constitucional despenalizara el aborto en tres casos específicos, pero esta despenalización debería ser mucho más amplia, hasta llegar a la plena autonomía de las mujeres para decidir en esta materia: si quedan embarazadas y quieren interrumpir el embarazo, deberían poder hacerlo siempre que lo deseen. Como el embarazo es algo que ocurre dentro de su cuerpo, la decisión tiene que ser de ella. Si tiene a alguien con quien lo quiere consultar, bueno, pero la decisión final debe ser siempre de la mujer, y sin interferencias, ni siquiera del padre en potencia.

Por supuesto el aborto es el procedimiento menos bueno y quizá el más traumático de todos los métodos que evitan o interrumpen un embarazo. Nadie está “a favor del aborto” como si este fuera un sueño deseable, como una maravilla a la que uno aspira. A uno no le gusta el aborto como le gusta el agua, la vida, la música o la felicidad. A veces el aborto es una decisión trágica, dolorosa, pero en muchas ocasiones es también la opción menos mala, porque seguir con el embarazo sería una desgracia mayor que interrumpirlo. Muchas veces se tienen sentimientos ambivalentes sobre la posibilidad de tener un hijo o no en ese momento. Pero hay que dejar que la mujer decida si quiere que ese embrión, cigoto, feto, ser humano, persona (como lo quieran llamar) pueda estar conectado o no a su cuerpo durante nueve meses. El hecho es que hasta los seis meses de desarrollo —poco más o menos— el feto no puede vivir autónomamente por fuera del vientre de la mujer. Y nadie (tampoco el feto) tiene derecho a exigir que lo dejen conectado a otro ser humano para poder sobrevivir, a costa de la sangre y las funciones fisiológicas de otro.
Establecer dónde empieza y dónde termina la vida es difícil. La vida no empieza y termina en un instante mágico. Hay vida en cada célula de nuestro cuerpo y, como se ha demostrado en otros mamíferos, a partir de muchas de nuestras células —puesto que ahí está toda la información genética de lo que somos— se podría desarrollar un nuevo ser humano. En cada célula (no solo en el óvulo fecundado) hay un nuevo ser humano en potencia. Pero así como un huevo no es un pollito, tampoco las células ni los óvulos fecundados son personas. Pueden llegar a serlo. Es más, un óvulo fecundado puede llegar a ser dos, tres, cuatro personas, por caminos naturales o artificiales. El ser humano completo no surge, como por arte de magia, en el momento de la fecundación. Esta es una idea mágica y religiosa, de quienes creen que el alma se insufla en determinado momento. ¿Qué es el alma y quién ha dicho cuándo llega al cuerpo?

La aproximación científica a la vida humana está ligada a la conciencia, es decir, a la capacidad de sentir, gozar, sufrir, pensar, etc. Es eso lo que nos hace humanos. Y esta capacidad está directamente ligada a la actividad cerebral. Como dice Steven Pinker: “Así como el final de la vida se define hoy en día por la cesación de la actividad cerebral y no porque el corazón deje de latir, el principio de la vida se liga a las primeras manifestaciones de conciencia. Lo que actualmente se considera como la base neural de la conciencia depende del comienzo de la actividad neural entre el tálamo y el córtex cerebral, lo cual ocurre alrededor de las 26 semanas de gestación”. Esto coincide con el momento en que un feto podría sobrevivir sin estar conectado al cuerpo de la mujer. Antes, sin conciencia, no podemos decir que hay una plena vida humana, como no la tiene un paciente sin actividad cerebral, que es cuando se permite extraerle los órganos para trasplantes.

Estigmatizar a las mujeres que abortan como si fueran asesinas de niños es una infamia. Obligarla a tener un hijo que no quiere sería una imposición tan brutal y arbitraria como obligarla a abortar.

Héctor Abad | Elespectador.com

sábado, 3 de noviembre de 2012

Discurso de Michelle Bachelet en la gala del vigésimo aniversario del Centro de Derechos Reproductivos (CDR)

Discurso de Michelle Bachelet en la gala del vigésimo aniversario del Centro de Derechos Reproductivos
Discurso de Michelle Bachelet en la gala inaugural del Centro de Derechos Reproductivos (CDR). Nueva York, 24 de octubre de 2012.



Es un honor para mí aceptar este premio, especialmente de manos de Isabel [Allende]. Es evidente que estoy muy bien acompañada. Lo primero que quiero decirles es gracias a todas y todos ustedes, y felicitaciones en el vigésimo aniversario del Centro para los Derechos Reproductivos.
Todas nos acordamos cuando los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no se consideraban derechos humanos. En las últimas dos décadas, el Centro para los Derechos Reproductivos ha hecho mucho por institucionalizar los derechos de las mujeres y por garantizar progresos reales. A este esfuerzo se unieron muchos socios, inclusive UNFPA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población, organismo hermano.
En la actualidad las mujeres de todos los países defienden sus derechos. Hay un reconocimiento cada vez mayor de que respetar los derechos reproductivos de las mujeres lleva a índices inferiores de muertes y discapacidad de las madres, a niñas y niños y familias más saludables, y a sociedades y economías más fuertes.
He conocido a innumerables mujeres de todo el mundo con las que hemos defendido y hemos sido testigos de una mayor atención y compromiso con los derechos de las mujeres. Tengo el orgullo de ser la primera directora de ONU Mujeres. Nuestro trabajo se basa sobre cimientos sólidos, desde la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1979 hasta los acuerdos de El Cairo y de Beijing, por los cuales se luchó mucho y se consiguieron con mucho esfuerzo.
La lucha no ha terminado. Seguimos enfrentándonos a reacciones violentas y oposición. Ésa es la razón por la que nuestro trabajo es crucial, porque establece los límites y se mantiene firme en materia de derechos de las mujeres. Cabe reafirmar: los derechos de las mujeres no pueden servir de moneda de cambio. Los derechos de las mujeres no son negociables. Los derechos de las mujeres son fundamentales para el desarrollo mundial y para la paz y la seguridad internacional.
Sin embargo, se estima que hay 222 millones de mujeres en el mundo en desarrollo que quieren planificar y espaciar sus embarazos pero que todavía no tienen acceso a los métodos modernos de contracepción, lo que lleva a más de 9000 embarazos no planeados por hora. Estas mujeres tienen las mismas inquietudes y se enfrentan a las mismas decisiones que la mayoría de nosotras aquí presentes. Son mujeres que corren el riesgo de embarazos no deseados y de aborto porque no tienen opciones reproductivas.
Ninguna mujer tendría que pagar con su vida por la falta de opciones y, sin embargo, 47.000 mujeres mueren anualmente a causa de abortos inseguros. Las complicaciones en el embarazo y en el parto son las razones número uno de muertes de mujeres de entre 15 y 19 años de edad en el mundo. Es inaceptable que continuemos hablando de muertes que podemos prevenir. Lo que realmente está en juego es el derecho a la vida: el derecho de las mujeres a la vida y a todos los otros derechos humanos.
Las mujeres deben gozar de plenos derechos sobre un pie de igualdad, derechos de salud sexual y reproductiva, derechos a la educación, a ser participantes y líderes iguales en sus economías y sociedades, derecho a vivir libres de violencia y discriminación.
Hasta que todas las mujeres puedan gozar de todos los derechos, incluso de los derechos reproductivos, estableceremos los límites y nos mantendremos firmes. Los derechos reproductivos son absolutamente fundamentales para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Les agradezco una vez más por este honor y agradezco a todas por lo que hacen. ONU Mujeres las acompaña en su lucha.
Muchas gracias.